América Latina pareciera ser una olla de presión a la que han tenido a fuego lento por muchos años, en donde la corrupción, el autoritarismo, el favoritismo hacia los ricos y la impunidad, producto de pésimos gobiernos, han generado un gran descontento social y manifestaciones públicas.
En Costa Rica y otros países de la región, la clase más pobre y desprotegida, los marginados, las mujeres, la niñez, adultos mayores, pueblos originarios, migrantes, campesinos, pequeños agricultores, microempresarios y estudiantes, por solo citar algunos, han venido calentándose como una olla de presión, por lo que muchas ya están explotando y otras están por hacerlo.
Los discursos de la élite política de nuestros países y sus propuestas de desarrollo en economía, justicia, crecimiento, mejor calidad de vida, educación, salud, seguridad ciudadana, responsabilidad climática, etc, tienen poca o nada de credibilidad entre los pueblos.
¡Y qué decir del mesianismo de algunos caudillos religiosos -evangélicos, que desde discursos espiritualizados y cargados de triunfalismos, aspiran llevarnos a Canaán, la tierra prometida para comer miel y leche! En muchos países, donde líderes “evangélicos” con el apoyo de aquellos caudillos espirituales, han llegado a la presidencia, como por ejemplo Guatemala, Honduras, Brasil y los Estados Unidos, sus gestiones han sido desastrosas y decepcionantes. Quizá aparecerá el anhelado José para que nos ayude, pero de seguro debe estar pasando por el proceso bíblico para llegar al respectivo curul político.
Los políticos nacionales y de otros países miran el descontento de la ciudadanía como una obra de teatro de humor, y la disfrutan con sus sistemas de corrupción, injusticia, desigualdad, impunidad, pensiones de lujo, empobrecimientos sistemáticos y políticas públicas que enriquecen al rico y despojan al pobre. Por esto, lo aceptemos o no, desde el sector cristiano evangélico-católico hemos encendido algunos tizones en ese fuego lento de descontento social.
Hoy, muchas ollas están explotando y otras a punto de hacerlo
Cuando no hay política que encauce esa legítima rebeldía, el espíritu primitivo de la violencia se desata. De seguro, algún sector triunfalista me tildará de fatalista, y no lo soy, simplemente convivo con víctimas del fuego lento debajo de la olla. Aclaro: estoy totalmente en desacuerdo con cualquier manifestación que genere violencia y destrucción.
A la sociedad le hemos fallado desde la fe y desde lo político, por eso es urgente rediseñarnos como cuerpos religiosos, integrando a todos los sectores para ser desde la fe, una expresión coherente con el mensaje de Jesús; y desde la política, ya saben lo que deben ser y hacer.
Es necesario escuchar la voz de los profetas
¡Qué mal les va a ir a ustedes los que inventan leyes insoportables e injustas! ¡Ustedes no protegen a los débiles ni respetan los derechos de los pobres; maltratan a las viudas y les roban a los huérfanos! ¿Qué harán cuando Dios les pida cuenta de lo que hacen? ¿Qué harán cuando Dios les mande el castigo que merecen? ¿A quién le pedirán ayuda? ¿Dónde esconderán sus riquezas? (Isaías 10:1-3 Traducción Latinoamericana)
El Dios trino no es juguete de manipuladores
Me sorprende, en gran manera, la forma en la que estamos predicando el mensaje de Jesucristo y el énfasis de ciertas prácticas, tanto dentro del culto como fuera de él. Hoy, en muchos espacios se ha tomado la figura de Dios, Jesucristo y del Espíritu Santo como juguetes, o peor aún, como sirvientes de las demandas o aseveraciones de ciertos impostores.
Jesús vuelve a ser desnudado y vuelto a vestir
Como los soldados que se burlaron de Jesús cuando lo desnudaron, le pusieron una capa militar color escarlata, se mofaron de él, luego le quitaron la capa y le pusieron sus propios vestidos, así también nosotros vestimos a Jesús con nuestra clase de ropa, vistiéndolo de nuestros pensamientos y de nuestra religiosidad. (Ref. Mateo 27:27-50)
• Le vestimos de soldado.
• Le ponemos una sotana pedófila.
• Le colocamos trajes muy costosos, hechos a la medida.
• Lo envolvemos en discursos moralistas y fundamentalistas.
• Algunos le visten de liberal y progresista.
• Otros le visten de colores políticos.
• Hay quienes le colocan camisetas con mensajes discriminatorios.
Jesús es nuevamente crucificado y sepultado
El joven pastor y teólogo alemán, Dietrich Bonhoeffer, le escribe desde la cárcel a su amigoEberhard Bethge, en el año 1944, y le hace la pregunta más escandalosa e inquietante: ¿Quién es Cristo para nosotros hoy?
Esta, sin duda, es una pregunta incómoda, pero me atrevo a contestarla: la iglesia ha optado, en cada generación, por desarrollar imágenes de Cristo que distorsionan el retrato pintado por los autores neo testamentarios.
Vez tras vez, la figura de Jesús ha sido horriblemente desfigurada, desnudada, a fin de agradar el gusto de la gente de cada época. A través de toda la historia de la iglesia, nuestro Señor Jesucristo ha sufrido un proceso de repetida crucifixión. Ha sido azotado, herido y encerrado en la prisión de innumerables sistemas y filosofías.
Su cuerpo ha sido literalmente sepultado y cubierto con losas de religiosidad, a fin de que no pudiese levantarse. Este es el milagro, Cristo Jesús ha resucitado una y otra vez con su mensaje escandaloso y subversivo, es un milagro que se repite todos los días. Cristo Jesús ha resucitado y ha perturbado la sucesión de tumbas conceptuales, donde lo han querido mantener enterrado. Cristo siempre resucita y ninguna filosofía o ideología nunca logrará sepultarlo.
Hay quienes piensan que Dios dice Amén a todo lo que dicen
“¿Cuántos dicen amén? ¿Quién dice amén a esta Palabra de Dios?”
Estas son algunas de las frases que fabricamos con el término amén, para conseguir la aprobación de la concurrencia.
Según el diccionario etimológico en línea (DECEL), amén (en hebreo: אָמֵן, amen) es una palabra de origen hebreo que suele traducirse como «así sea», con un sentido aprobatorio, o «así es», como símbolo de reafirmación (por ejemplo, de la fe). Empleada en el judaísmo, posteriormente también fue adoptada por el cristianismo y después por el islam. Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más frecuentes, y se utiliza generalmente como fórmula para concluir las oraciones.
Hay predicadores, falsos hombres y mujeres que manipulan a las masas con una Biblia física o digital, queriendo lucir a un Dios que dice “amén” a sus caprichos, demandas y órdenes. Por ejemplo:
• Dios diciendo amén para ungir aviones con el fin de matar gente inocente.
• Dios debe decir amén a campañas discriminatorias de minorías.
• Dios tiene que decir amén ante el aborto.
• Dios tiene que decir amén a propuestas políticas manipuladoras.
• Dios tiene que decir amén a la venta de pactos por dinero.
• Dios tiene que decir amén al abuso emocional por parte de pastores.
• Dios debe decir amén ante las políticas anti-inmigrantes.
• Dios tiene que decir amén a los pedófilos encubiertosen su sotana.
• Dios tiene que decir amén a caudillos que abusan de las congregaciones.
Dios tiene que decir amen a los mercantilistas, que en medios de comunicación venden milagros.
¿Has escuchado al predicador que grita en el culto mientras ora por la gente?
— ¡Dios ahora tócalo!
• Dios allí, tócalo.
• Dios, sana a este.
• Dios a aquel tócalo, ¡ahora!
• Ahora, Dios ahora…. ¡ahora!
Escuchar esto me hacer visualizar a Dios corriendo de un lado a otro, como loco, obedeciendo al gritón predicador, que lo mueve a su antojo y voluntad.Y ante cada palabra, la audiencia grita: ¡Amén! ¡Amén!
Por supuesto que Dios no es juguete de nadie, como para andar corriendo de silla en silla, a la voz del efusivo predicador. Con estos comportamientos, algunos hacen sentir a la iglesia que Dios realmente es su amuleto de la suerte, su sirviente o su fan número uno.
Debemos silenciar estas irreverencias, fanatismos y manipulaciones para depurar los espacios desde los cuales estos farsantes hacen uso de su poder.
Es tiempo de que asumamos nuestra responsabilidad, y por medio del estudio serio de la Biblia, permitir que el conocimiento de Dios traiga libertad a los cautivos de estas herejías. Así como también denunciar y confrontar a todos estos sistemas de control con sus faraones.
Es hora de que el nombre de Dios vuelva a ser respetado.
Ruego tú ayuda, ¿podrías déjarme tus comentarios y compartirlo con tus contactos?
Palabras duras pero necesarias, palabras proféticas que nos deben incomodar y sacar de nuestro espacio de confort, si estas palabras no nos incomodan e inquietan entonces nos estamos volviendo insensibles. Recordemos cada día que somos siervos de nuestro Señor Jesucristo, y no él de nosotros.