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Cristianismo con alzheimer

Foto del escritor: Roy SotoRoy Soto

Muchas iglesias se han convertido en hospitales para enfermos de Alzheimer, donde los dependientes inmovilizados, son asistidos de todo cuanto necesitan para sobrevivir, pero nunca para ser sanados

El denominado “mal de Alzheimer” es una enfermedad neurológica e irreversible que desemboca en la demencia y posterior muerte de la persona que la padece.

A medida que la enfermedad avanza el paciente se vuelve incapaz de realizar tareas habituales como lavarse la cara, peinarse, etc.

Llega un desmoronamiento total de las facultades físicas y psíquicas. Se hunde en coma hasta que fallece.

Le puede parecer de poca fineza el que use esa enfermedad que aqueja a cientos de miles de personas para enfatizar una realidad de la iglesia cristiana del hoy.

Permítame ahondar en mi artículo y quizá al final decidas sumarte a mi reflexión.

Esta expresión de Iglesia que hoy tenemos ha olvidado muchos de los valores fundamentales de nuestra fe, las raíces de lo que nos dio identidad, permitiendo que progresivamente perdamos la memoria y esto a su vez la llevó a perder movilidad hacia la misión de Dios, cayendo en un estado típico del Alzheimer, la dependencia absoluta.

Un envejecimiento por Alzheimer en el que apenas reconocemos a nuestra familia, a nuestros seres queridos, a nuestro Padre.

Y da tanta lástima ver a alguien que no sabe quién es, lo que tiene que hacer o para qué vive... creo firmemente que muchos cristianos están en ese envejecimiento y hoy no saben quiénes son, cuál es su rol en esta sociedad y para qué existen.

Le señalo algunas, de entre muchas.

La Iglesia olvidó la firmeza inamovible del arrepentimiento genuino como iniciación del caminar cristiano, el hacer la confesión de pecados e invitar a Jesús a caminar es algo cada vez más raro en los lugares del culto.

• Inclusive el llamamiento al arrepentimiento en los escenarios cúlticos se ha ido exterminando.

Para mi vergüenza, teníamos a un músico en una de las bandas musicales que por años usó su talento y en una prédica de este principio de la cristiandad, aseguró que nunca había confesado sus pecados, él no era un cristiano nacido de nuevo.

Los cristianos han olvidado la riqueza de vivir sumergidos en el estudio de la enciclopedia de los libros bíblicos. Hoy la ausencia de esta disciplina ha propiciado que la ignorancia sea el insumo nutritivo para que inteligentes mercenarios manipulen multitudes. Debemos volver inmediatamente a los estudios bíblicos de casa.

Olvidaron que Cristo es la cabeza de la Iglesia, y como consecuencia colocaron personas en su trono; reyes, señores, patriarcas, divinidades a quienes se someten con sentido de adoración.

En nuestros inicios defendíamos los sacramentos de la cena del Señor, del bautismo como manifestación pública de nuestra decisión por el cristianismo, hoy el relativismo llevó a la iglesia a olvidar la centralidad vital de estas prácticas . ¿Cómo haber dejado de lado estos sacramentos que fueron modelados y demandados por Jesús? La santa cena o comulgar, como desees llamarlo, hoy se toma como un acto de poca relevancia, sin claridad de las implicaciones y mucho menos sin discernir el sacrificio de Jesús. Por supuesto, que tengo claro que este sacramento era un banquete, pero qué pena, que ahora no podemos ni honrar una migajita de pan con un jugo de uva, mucho menos lo haremos de otra manera.

El bautismo como acto público , dejó de ser un anhelo de los nuevos creyentes, para convertirse en algo optativo y de caprichosa voluntad.

La misión de formar discípulos para que sean agentes de transformación en sus comunidades ha sido olvidada, hoy las masas buscan emociones, que les llenen de sensacionalismo, que les hagan sentir que todo es fácil y que en Cristo, todo lo podemos.

El haber olvidado este mandamiento nos ha heredado multitudes de fluctuantes. Por supuesto buscan un evangelio sin cruz, o mejor dicho, como sus maestros olvidaron enseñar las implicaciones de la cruz, del seguir a Jesús, las multitudes no saben de qué se trata el evangelio.

Son muchos principios que el Alzheimer nos ha generado. Termino esta lista con el gran olvido, la misión de ser sal y luz, es mas fácil estar en un lugar de asistencialismo espiritista que en la calle donde estamos llamados a servir y a entregarme por otros.

En las calles donde reside la necesidad, como prioridad se debe usar la inteligencia, la socialización contextual, la integración a grupos comunitarios, a diagnosticar las carencias comunitarias para articular soluciones desde la comunidad y con la comunidad. Algo que esta enfermedad impide totalmente.

Muchas iglesias se han convertido en hospitales para enfermos de Alzheimer, donde los dependientes inmovilizados, son asistidos de todo cuanto necesitan para sobrevivir, pero nunca para ser sanados.

Sí, efectivamente asistencialismos espiritistas donde lo que se consume son sustancias para inflar egos, sembrar sensacionalismos, hacer pensar que el mundo de afuera del sanatorio está mal y que solo en este lugar se está a salvo.

Y lo peor, los enfermos pagan grandes sumas de dinero para que les asistan.

El final de esta enfermedad es la muerte, algo que me rehuso a pensar que pueda sucedernos, mi propósito con este artículo es generar reflexión y contención para así, esperar que usted, que me lee, se cuestione si estás con este padecimiento o si bien has logrado sobrevivir al virus, te puedas cuidar.

El inmovilismo físico y psíquico de la persona afectada de Alzheimer detiene la natural evolución corporal y mental.

El inmovilismo del cristiano que padece el Alzheimer espiritual paraliza el constante viaje hacia Dios, hacia su misión y, cuando esto ocurre, las consecuencias se hacen sentir en toda la sociedad.

Bueno, la ciencia aun no descubre la cura para esta enfermedad, pero la Iglesia sí puede ser sana de su Alzheimer, teniendo el valor de reconocerlo, volviendo a la centralidad, Dios, renunciando al asistencialismo eclesial y volviendo a las primeras acciones tal y como lo aclama

Apocalipsis 2:5 ‘Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio'.

Desde el lugar donde estás, ¿Qué disciplinas propones para provocar espacios de sanidad?

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