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Foto del escritorRoy Soto

¿Líderes o servidores? Una Perspectiva desde el evangelio

¿Qué relación tiene el tipo de liderazgo que hoy se promueve con la propuesta de Jesús en cuanto a ser grandes?

Actualmente, la gestión humana se ha dimensionado en muchas áreas del desarrollo corporativo y el talento humano. Una de estas es la formación del arte de liderar en lo empresarial, político y religioso, por citar algunos escenarios. En esta gestión se movilizan millones de personas para convertirse en formadores de líderes; hay otras que corren aocupar las primeras filas de los inmensos auditorios, para absorber la información del reconocido conferencista invitado.

Todo esto ha dado extraordinarios resultados a corporaciones y a individuos que se dedican a formar líderes en todas partes del mundo, sin embargo, este deseo de trascendencia y poder que la sociedad busca con ansias y con avidez, ha hecho que los individuos de hoy sean valorados por sus logros y no por su condición de seres humanos.

En lo que respecta a esa formación de liderazgo, mucho de su contenido está centralizado en la autosuficiencia, donde se conduce a la persona interesada a descubrir sus potenciales innatos para convertirse en ese líder de masas, a quien sus subalternos rendirán honra. El líder actual es condecorado en función de cuántos empleados dirige y, por supuesto, es medido por el potencial financiero que produce su gestión. Como lo mencioné antes, todo es cultivado desde el potencial humano, donde definitivamente Jesús no es considerado un ejemplo a seguir.

A propósito de esta tendencia formativa con base en el talento humano, hace algunos díasvisitó al país un ícono del liderazgo mundial, nominalmente cristiano. Me detuve por varias horas a escuchar dos de sus conferencias, realmente inspiradoras y desafiantes, en donde aludió a hombres y mujeres del sector empresarial y científico como modelos inspiradores de su propuesta, pero para mí descontento no citó a Jesús en ningún momento, ni tampoco sus enseñanzas como el modelo a seguir.

Por otra parte, este artículo está dirigido principalmente a un público de orden cristiano, y con base en esta especificidad es que todo cuanto intento proponer parte de la Biblia y sus ilustraciones sobre la vida de Jesús como un prototipo a seguir.

Puede que te estés preguntando: ¿Qué tiene de negativo aprender a liderar con herramientas que no estén centradas en el mensaje de Jesús?

Para poder responder sugiero viajar a la escritura, y desde ella, determinar cuanto de esas enseñanzas están en consonancia o disonancia con las propuestas cristianas. Por ejemplo, en Lucas 22:24-30 (NVI) se lee: “Los discípulos tal vez estaban pensando, llegó la hora de asumir el poder y de liderar cambios sociales– imagina todo lo que podemos lograr desde allí. Si desde la periferia y la debilidad de Galilea, hemos ayudado a tantos, cuánto más haremos desde el poder”.

Jesús plantea dos caminos, dos alternativas de liderazgo: uno lo llama el camino de “losreyes (gobernantes) de este mundo”; al otro, el camino “del reino” de Dios, que se manifestó en la persona de Jesús y ha de manifestarse en la comunidad alternativa que Él crea por medio de la fe y de la iglesia.

Es preciso recordar que los discípulos que están escuchando tal orientación, han estado bajo el yugo de la esclavitud por manos del Imperio Romano, por lo cual anhelan ferozmente liberarse de sus opresores romanos y así dominarles en venganza. Por lo tanto, Jesúspretende desmantelar toda una estructura y lógica inaugurada en la Torre de Babel, (Gn 10-11), cuya base fue construir algo para ser reconocidos por todos, como símbolo del orgullo humano con fines de dominación. Lo que menos esperaban de Jesús era que les demandaraservir a los demás, partiendo de sus opresores.

Otro ejemplo se observa en Lucas 10:17-20, cuando los setenta regresaban gozosos de la misión que Jesús les había encomendado. Esa felicidad no era sana, puesto que sus comentarios dejan notar su inclinación a partir de la lógica babélica, es decir, tienen poder y son conocidos. Ellos estaban usando las necesidades resueltas, como un insumo de autosuficiencia. Por esto, Jesús les inyecta la medicina que merecen los soberbios: “No se alegren de esos logros, sean felices porque sus nombres están en el libro de la vida”. Él les quiso decir: Ustedes valen por lo que son y no por lo que hacen.

A causa de todo lo anterior pregunto: ¿cuánto de lo que hacemos o anhelamos ser, está construido desde hacernos un nombre para ser reconocidos, como profesaba la lógica de Babel? ¿Cuál es el estímulo que te hace sentir pleno, ver lo importante que eres para los demás, o más bien defines tu motivación como un servidor de los demás?

Por último, Jesús no da el título de líder. Más bien propone un estilo de vida que llama sirvientes, desde la humillación y entrega. Hace grandes a los servidores y humilla a los altivos. Aprendamos del mejor sirviente de todos, Jesús, quien renunció a todo por amor, cuya metodología fue entre otras, lavar los pies, incluso de sus enemigos.

Claro está, vivirsus enseñanzas no nos convertirá en líderes clase A, nunca llenaremos auditorios, no venderemos libros, ni mucho menos seremos considerados influencers en las redes sociales, pero seremos reconocidos en la eternidad por el título de Sirvientes del Reino de Dios.

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