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¿Profesora(r) maestra(o) me enseñarías, los cómo?

Imágen tomada del internet.


En esta actualidad la autoridad moral, ética y espiritual de los oferentes de temas relacionados a la transformación comunitaria o, de la mal empleada frase “ acción social de la Iglesia exigen la evidencia o coherencia práctica, de sus expositores.


Aunque el conocimiento, la reflexión teológica/bíblica y su disertación son por efecto prácticas ciertamente, en términos de sembrar, crear, inspirar, proponer un movimiento latinoamericano y nacional de regeneración comunitaria, es urgente que sus expositores nos digan tácitamente “ los cómo de esas propuestas bíblicas y teológica, pero ya no, únicamente desde lo teórico.


Miles siguen llenando gigabytes de información acerca de lo qué hay y, se necesita hacer, pero muy poco o casi nada de cosmovision de campo, de someter a maestros y alumnos a vivir la experiencia, de tocar, hablar, escuchar, crear, oler, caminar entre y con los objetivos misionales ya sean estas personas u otras específicidades, se necesita que los tutores teóricos muestren también sus callosas manos como su metodología de aprendizaje, estas dinámicas proporcionan al facilitador como al alumno la sinergia perfecta para una fértil y coherente pedagogía.


Además, crear lecciones a partir de asistencialismos programados anualmente, nunca generarán los insumos orgánicos para los procesos de deconstrucción y construcción que la Iglesia y la Pastoral esta urgiendo. Salir a dar de comer a migrantes no genera nada más que una excitante emoción que terminará horas después



Me resulta hasta insultante el hecho de mirar en las redes muchas graduaciones donde se afirma que en unas pocas semanas de estudio de aula únicamente, o en dos días de retiro un grupo de pastores ya saben cómo transformar países o comunidades, ¿en verdad así de fácil es ahora?


Por lo tanto, urge integrar o exigirlo a todos los expositores de temas eclesiologicos y misionologicos entre muchos más, la pedagogía de Jesús, “ vengan y vean lo que hago y como lo hago, (Lucas 7:22), del Apostol Pablo, lo que han visto de mi, vayan y háganlo con los demás” (Filipenses 4:9)



La historia nos narra cómo los grandes cambios sociales se dieron en la medida en que sus procursores y gestores usaron sus discursos como azadones para romper sistemas de pensamiento y supieron usar sus manos para dejar caer la semilla en el surco de sus alumnos desde los campos de trabajo y no exclusivamente desde una desvinculada y fría aula.



Finalmente, se que esta propuesta que vengo exponiendo por años seguirá sin frutos de acogimiento por parte de las instituciones bíblicas y teológicas, como de cientos de opciones informativas que pululan, porque es más fácil vender cursos con una buena mercadotecnia triunfalista de “ mi nación para Cristo, o vengan a nuestras aulas a aprender cómo se transforman comunidades” que crear sistemas pedagógicos al estilo de Jesús, quien desprecio la Cátedra de Moises, por irse a enseñar a sus discípulos los cómo de su misión, desde una magistral fusión entre el discurso y los métodos.



El ejemplo teórico y práctico de campo seguirán siendo herramientas y quizá la únicas capaces de devolverle la vida, credibilidad y dinamismo que la Iglesia necesita para un despertar apasionado y sostenido hacia la ( Missio Dei) misión de Dios.


Pd/ si desean conocer nuestras propuestas formativas que integran mucho de lo anteriormente expuesto escríbanos y, quizá encontremos surcos para hacerlo juntos, rsoto@shalomcr.com y academia@shalomcr.com

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