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Pastoral adicta al “hacer”. Una muerte anunciada.

Fotografía del internet.


La vida pastoral es un llamado divino que demanda un alto nivel de compromiso, entrega y dedicación. Sin embargo, en ocasiones, el exceso de trabajo, la presión por cumplir con las expectativas de la congregación y la falta de descanso pueden generar situaciones de estrés, depresión, ansiedad y agotamiento en nosotros los pastores.

Desde la perspectiva psicológica, el estrés y la ansiedad son respuestas naturales del cuerpo frente a situaciones de peligro o amenaza. Sin embargo, cuando estas respuestas se mantienen de manera prolongada pueden tener consecuencias negativas en la salud mental y física de las personas. La depresión, por su parte, es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por sentimientos de tristeza, desesperanza y falta de energía. El agotamiento, a su vez, es una sensación de cansancio extremo que puede ser físico, emocional o mental.

Con base en mirada sociológica, nosotros pastores nos sometemos voluntaria o inconscientemente a una fuerte presión social y cultural para cumplir con ciertas expectativas de la congregación y de la sociedad en general. Esto puede generar un exceso de trabajo y una falta de tiempo para el descanso y la recreación. Además, la falta de apoyo emocional y la soledad en la que muchas veces nos encontramos los pastores puede contribuir a la aparición de problemas de salud mental.

Usted y yo sabemos que no existen muchos espacios donde nos sintamos seguros, la soledad es un escenario donde muchos estamos y si no se cuenta con la inteligencia y sanidad emocional pertinente puede ser un ambiente depresivo.

Partiendo de una perspectiva bíblica, es importante recordar que Dios nos llama a descansar. Dios lo hizo. Pero usted y yo nos sentimos más ocupados que Dios mismo, la adicción por el trabajo, por mantenernos haciendo es una enfermedad, mental, emocional y profundamente teológica, ser legitimados por el hacer y no por el ser. Los pastores creemos que el mostrar a nuestras congregaciones movimiento laboral (nos miren haciendo) les provocará gratitud y honra salarial, eso es falso.

Pastores, muchos somos víctimas del "síndrome de la ocupación". Esta condición se caracteriza por sentir la necesidad constante de estar ocupado y tener una agenda llena de compromisos, incluso si estos no son necesarios o relevantes. El síndrome de la ocupación puede ser una forma de evitar lidiar con problemas o emociones difíciles, o una forma de buscar aprobación y validación a través de la productividad y el éxito aparente.


En el libro de Éxodo, se nos habla del Shabath judío, un día de descanso semanal en el que se honra a Dios y se renueva la energía para la semana que viene. Jesús también nos invita a descansar en él: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28). En este sentido, buscar el descanso y la recreación no solo es un derecho sino una obligación que nos permite mantener nuestra salud física, emocional y espiritual.


El presente artículo es con base en la experiencia personal, crecí mirando a un padre trabajar dieciocho horas, sin descanso alguno, mucho menos vacaciones. Lo vi sufrir dos paros cardiacos como resultado de lo mismo, y saben algo, la congregación y sus jefes denominacionales nunca mostraron empatía.

Inicié Shalom con la misma adicción, hacer y hacer y hacer, y con mayor presión por la forma en que llevamos a cabo las Eclesialidades.


Durante el día sembraba fresas y en las tardes atendía la Iglesia sin parar. En una ocasión, mientras predicaba, sentí un dolor en el pecho y terminé en cuidados intensivos con mi primer ataque al corazón, y absolutamente nadie de la Iglesia estuvo allí, excepto mi primera esposa, Jessy, llorando porque médicamente estaba muriendo. Las causas eran sentirme más ocupado que Dios al atender a la gente.


En mi caso, y puede ser el tuyo, la ansiedad me llevó a tener sobrepeso de 260 libras. Soy de contextura gruesa de nacimiento, pero mis desórdenes aumentaron mi obesidad. Cuando decidí hacer ejercicio, tuve que enfrentar muchos prejuicios y, sobre todo, fui escarnecido por colegas, ya que ir al gimnasio era considerado pecado.


Después de la muerte de mi primera esposa, tomé decisiones radicales y progresivas. Me liberé de la culpa, asumí las críticas como parte del paisaje y me tomé tiempo para descansar. Introduje el ejercicio, la jardinería, cocinar, leer, escuchar música y bailar con Sammy, mi hija del corazón, que tenía 3 años en ese entonces. Salir a almorzar con mi esposa e hijos también se convirtió en una práctica habitual. Y nada de eso ha disminuido mi efectividad como líder de una organización del tamaño de Shalom. Por el contrario, las cosas salen mejor.

Y, no digas que no hay tiempo ni dinero, ya que muchas de las actividades mencionadas no requieren muchos recursos, solo es cuestión de tomar una decisión.

Siguiendo, es importante señalar que el estrés, la depresión, la ansiedad y el agotamiento no solo afectan al pastor, sino también a su familia y a la congregación en general. Por ello, es fundamental tomar medidas para prevenir y tratar estos problemas de salud mental.

Les propongo lo siguiente:

* Establecer un horario de trabajo razonable y respetarlo. Es importante aprender a decir "no" y establecer límites claros en cuanto a las exigencias de la congregación.

* Hablar con la junta directiva acerca del día de descanso.

* Reunirse con la familia y pedir perdón por el descuido, poner tu vida en riesgo, y pedir ayuda para planificar los tiempos de ocio. Mi hija Naomi es nuestra encargada de esa logística en casa.

* Buscar actividades de recreación y aficiones que te permitan relajarte y desconectarte del trabajo. Esto puede incluir deportes, hobbies, lectura, música, entre otros.

* Apagar el celular durante el tiempo de descanso en la noche y en el día libre. Yo mismo estoy trabajando en este asunto.

* Fomentar la creación de redes de apoyo emocional y espiritual. Los pastores necesitamos buscar grupos de colegas, mentores o amigos con quienes podamos compartir preocupaciones y recibir apoyo emocional.

* Integrar la práctica del Shabat, estableciendo un día de descanso semanal en el que se honre a Dios y se renueve la energía para la semana que viene.

* De ser necesario, buscar ayuda profesional en caso de presentar síntomas de estrés, depresión, ansiedad o agotamiento.

* Amarse y cuidarse mucho. Tu salud física, mental, espiritual y emocional también es un mensaje que comunicas.


Si eres un pastor que tiene dos trabajos, incluido el ministerial, es importante hacer ajustes. Compañero de trinchera, no debes sentir culpa por buscar apoyo profesional, ya que esto puede ser fundamental para tu salud mental y espiritual, y puede evitar tu muerte o una caída moral en tu ministerio.


En conclusión, los pastores estamos sometidos a una fuerte presión social, cultural y espiritual que puede generar situaciones de estrés, depresión, ansiedad y agotamiento. Sin embargo, es importante recordar que Dios nos llama a descansar, y buscar el descanso y la recreación no solo es un derecho, sino una obligación que nos permite mantener nuestra salud física, emocional y espiritual.


Algunas propuestas para iniciar procesos de descompresión incluyen establecer un horario de trabajo razonable, buscar actividades de recreación y aficiones, fomentar redes de apoyo emocional y espiritual, practicar el Shabat y buscar ayuda profesional en caso de necesitarlo. En definitiva, cuidar de la salud mental y espiritual de los pastores no solo beneficia a ellos, sino también a sus familias y congregaciones.


Tristemente, está más que comprobado que la mayoría de las congregaciones son crueles en el trato de estos temas, y pocas tienen planes de contingencia.


Conozco muchas viudas y viudos, y familias destrozadas porque sus padres murieron sirviendo a Dios de manera sincera y amorosa, pero adictiva. Sin embargo, sus Iglesias o denominaciones buscaron rápidamente un reemplazo, pero nunca pudieron reemplazar al esposo, la esposa, el padre o la madre.


Pastor, espero que Dios utilice este artículo para generarte conciencia y te lleve a tomar medidas inmediatamente, o quizás a fortalecer las que ya has implementado. Todas tus áreas de influencia pariendo de matrimonio, familia y demás serán revitalizadas y florecerán.


Estoy a tu disposición si necesitas hablar o necesitas acompañamiento en este tema.


Déjame tus comentarios y comparte este artículo. Gracias

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